martes, 17 de noviembre de 2015

El Inicio


Mi origen es distinto al de mis hermanos, su nacimiento fue como una bendición en su momento. Tuvieron la opción de renacer para convertirse en algo cuyas características los hacía sentirse poderosos dejando la vida mortal para abrazar algo más: la inmortalidad - no sabían la suerte que tenían en ese momento de poder morir y entrar en los cielos rodeados de los coros celestiales que dan la bienvenida a cada criatura pura que llega para pasar la eternidad al lado del padre, cuidando a aquellos que los lloraron en su partida del mundo ordinario.- No, mi origen fue diferente. Fui concebido por criaturas que no se encuentran ni este plano ni en el otro, no vivientes pero eternos, con hambre eterna, con sed eterna y con una maldición en sus hombros que los persigue desde el origen de los tiempos. Mi línea de sangre se remonta hasta Caín el primer humano nacido fuera del paraíso, el primero nacido del pecado original y el primero que fue maldecido por el padre creador. Asesino por naturaleza, enloquecido por sus celos pero también por sus necesidades de amor. La mayoría de mis familiares conocieron lo que era sentir amor, algo que yo conozco solo por descripción e historias antiguas que escucho de ellos, cuando la melancolía y los recuerdos los llevan a estados en los cuales pueden pasar años en las penumbras recorriendo el mundo con una tristeza incontenible, mezclándose con lo peor de su anterior raza; vagabundos, alcohólicos, hombres caídos en la locura y la larga lista de escorias invisibles a los ojos de las sociedades mundanas que existen. Nací de dos no vivientes, suena extraño el término "nacer" para una ocasión así, nunca tuve sentimientos, ni emociones, solo un gran vacío que para ojos humanos es propio de una bestia. No genero lazos, me manejo por instintos, los que me ayudan a esconderme en los tiempos actuales donde no es muy difícil hacerse invisible entre tantas distracciones que manejan la vida de aquellos que sientes. He vivido muchas épocas y la actual es la que más me agrada por el simple hecho que me es más fácil cazar. Un hijo de no vivientes, no tiene la capacidad de transformar humanos, solo se alimenta de ellos por eso también somos vistos como bestias entre nuestros hermanos. Solo soy un hijo de la lujuria, del deseo encarnado en carne muerta, un hijo de la noche que nunca podrá ver la luz del sol, un caído mas, entre tantos que observamos la raza humana como presas a las cuales cada día es más fácil cazar.